Lo que diga Messi. Esta es la premisa que hay en Can Barça. Nadie discute lo que diga el argentino y la directiva se “derrite” ante cualquier mal gesto o ambigüedad en cualquiera de sus escasas declaraciones.
Acaba contrato en 2020 aunque si no lo cancela de forma expresa podrá renovarlo de por vida, hasta su retirada. Messi es el Barcelona y el que manda.
La junta le tiene miedo, la dirección deportiva decide en función de lo que diga u opine Messi y su entorno. De hecho durante el “no fichaje” de Neymar, Bartomeu estaba preocupado ante la reacción del argentino.
Pero realmente lo que preocupa a Leo es la orientación política del Barça. La cláusula de irse gratis se firmó en su momento para cubrirse por si se hubiese consumado la independencia. De haber sido así, Messi se iría ipso facto del equipo catalán.
Lo que es seguro es que Messi no hubiese querido estar en un ambiente hostil y lo que es peor, en una liga menor. Lo tiene muy claro…