Cesc y la jugarreta a un compañero...
Es genético. Los futbolistas compiten por todo y en todo momento. Habituales son las broncas en los entrenos entre compañeros o con el entrenador cuando este ejerce de árbitro en los partidos reducidos.
Es genético. Los futbolistas compiten por todo y en todo momento. Habituales son las broncas en los entrenos entre compañeros o con el entrenador cuando este ejerce de árbitro en los partidos reducidos.
Nadie quiere perder, acostumbran a desafiarse y juegan para ganar y sentir la adrenalina de la victoria. Es el caso de Cesc y su apuesta con su compañero Willy Caballero cuando ambos jugaban en el Chelsea.
Apostaron un coche a la suerte de un penalti que terminó parando Willy Caballero. Cesc tuvo que pagar su apuesta y, como persona de palabra que es, decidió rastrear el mercado de coches en el depósito de chatarra para llevarle a Caballero un Range Rover que no funcionaba. Cesc cumplió y Caballero terminó pagando el coche de retornar el coche al depósito.
Cosas de futbolistas, competidores habituales. Los grandes siempre quieren salir ganadores hasta en las cosas más mínimas.