Lato, el lateral izquierdo de la cantera, fue un motivo de ruptura claro entre Peter Lim y Marcelino. Todo ello con Mateu Alemany de por medio.
La propiedad quería que los canteranos se consolidaran en el primer equipo para reducir costes salariales y tener posibilidades de futuros traspasos que sirviesen para pagar la estratosférica deuda del Valencia.
Lato iba a ser vendido al PSV, su salario quedaría liberado pero Lim decidió renovarle, aumentarle el salario y cederle en un movimiento donde la idea era vender a Gayá en el próximo verano.
Ésa fue la primera gran discusión y el principio del fin del técnico asturiano en el equipo Ché.