Luis Suárez se salió con la suya y no fue fácil. El uruguayo tras irse a Peruggia para hacer un polémico examen de italiano ante un posible fichaje por la Juventus, terminó con el Cholo en el Atleti.
Pero esto ni fue fácil ni el Barcelona estaba dispuesto. Ni la afición ni Bartomeu estaban por la labor de facilitar a Suárez su fichaje por el Atleti, equipo rival del Barcelona tanto en Liga como en Champions.
Todo sucedió en la penúltima semana de Septiembre, cuando los abogados del jugador solicitaron una reunión con el presidente culé para convencerle de que debería dar libertad de elección al uruguayo.
Bartomeu llegó al encuentro con las ideas claras: Suárez no iba a fichar por el equipo de Simeone pero algo le dijeron que éste varió su decisión inicial. Bartomeu cambió de opinión debido a las presiones del futbolista y sobre todo una amenaza: ofrecer una rueda de prensa que hubiese provocado un nuevo escándalo en el día a día del club culé.
Esto es algo que Bartomeu quería evitar a toda costa teniendo en cuenta que hay una moción de censura en curso y “llueve sobre mojado” tras el desastre de originado por Messi y su amago de salida.