El futbolista ilicitano del Atco. de Madrid ha decidido romper con su representante de hace años: el omnipresente Jorge Mendes.
Saúl que aprovechó el poder de su representante se ha cansado de Mendes entre otras cosas porque casi no había contacto entre ellos. El futbolista ha reconocido entre sus íntimos que apenas se veían y hablaban.
Saúl ha echado en cara a Mendes que poca atención le ha prestado durante los últimos años. Su última renovación con el Atleti se resolvió en un aeropuerto. Allí, en la sala VIP, Mendes y Gil Marín acordaron la renovación de Saúl con una subida de la cláusula a los 150 millones de euros.
Saúl ha tomado la decisión, es irrevocable. Se ha dado cuenta de que la relación entre Mendes y Gil Marín pesaba sobre su salario ya que entre ambos hacían un contrato a medida que protegía al Atleti.
Saúl se siente engañado, enfadado y defraudado. Dicen quienes le conocen que la ruptura con Mendes evidencia una ruptura con Gil Marín y por ende con el Atlético.
Saúl se irá o al menos ésa es su intención. Lo hará negociando su cláusula porque entiende que el último contrato que firmó no se ajustó a un salario top tal y como marca su estatus en el terreno de juego.
