El crack azulgrana tiene muy claro que este verano es peculiar y que si el COVID 19 no hubiese aparecido, estaría en su amada isla de Ibiza disfrutando como todos los años.

Leo y los suyos se alquilaron un yate de 27 metros de eslora para pasar el fin de semana en la Costa Brava.

Setién dio a la plantilla dos días de descanso y el argentino decidió llevarse a su mujer, hijo y la familia de su hermano a las paradisíacas aguas de Lloret de Mar. No optó por Ibiza debido al corto espacio de tiempo para viajar.

Los Messi, después de pasar todo el día en el yate, se alojaron en el hotel Santa Marta, uno de los hospedajes más emblemáticos y exclusivos del lugar. Allí pasaron la noche para marcharse la mañana siguiente a Barcelona para retomar los entrenamientos y finalizar la última semana liguera.

Messi se relajaba tras dar por perdida la Liga y cargando las pilas para afrontar su ansiada Champions a pesar de Quique Setién.