La fallida salida de Messi del Barcelona el pasado verano sigue teniendo consecuencias en el vestuario culé. Messi puso en un compromiso a Piqué y el argentino se siente defraudado por su compañero.
Se siente dolido porque Messi esperaba que Piqué le apoyase pero Gerard no se puso ni a favor ni en contra tanto de Messi como de Bartomeu. Ahora que Messi se ha quedado, la relación no es ni será la que fue.
Hay una relación fría entre los dos capitanes de la plantilla. Piqué piensa que no ha hecho nada mal, no ha opinado. Mientras tanto, el resto del vestuario sigue dividido entre los que apoyan a Messi y los que no.
En paralelo, el clan francés de Griezmann tiene cada día más influencia que a su vez mantienen un duro nexo con Piqué, uno de los artífices de que el francés fichara por el Barça.
Los recién llegados como Lenglet, Frenkie de Jong, Junior o los más jóvenes como Trincao y Ansu Fati se mantienen al margen…