El equipo es una piña, todos o casi todos se llevan bien, con sus luces y con sus sombras. Se podría decir que todos son amigos en el vestuario y hasta el mismísimo Carlo Ancelotti lo llegó a reconocer tras ganar la liga: “los jugadores son mis amigos”.

El vestuario está más unido que nunca, hacía muchos años que no se veía un equipo tan integrado y con tan buen rollo como el Madrid actual. Se han mezclado a las mil maravillas veteranos como Marcelo o Benzema con jóvenes recién llegados como Kamavinga, Vinicius o Rodrygo. El secreto está ahí, no hay que buscarlo en más sitios.

Pero sobre todo la clave ha estado en la humildad que todos los futbolistas del club blanco están teniendo durante la exitosa temporada. Se demostró en la educación y templanza con la que celebraron y recogieron la “orejona”, las palabras de Hazard en La Cibeles con su público o la despedida de Marcelo.

Por cierto, hacía mucho tiempo que un futbolista no reconocía ante la afición en una celebración su deuda pendiente con el club y los seguidores. Hazard no es un fichaje más pero el belga ha prometido dar todo lo posible para cumplir con las expectativas en su cuarta temporada como madridista.

Florentino y Carletto han afinado una orquesta que toca a las mil maravillas a base de trabajo en equipo, compañerismo y humildad. Una vez más el fútbol se impuso a todo lo demás. Los valores del Real Madrid.