En la reunión citada Gil Marín le expuso a Mendes que el Atlético no podía afrontar la ficha que Cristiano tiene en Manchester, que era una operación inviable para nivel económico de su club, pero la reunión se produjo porque Mendes le dijo que no se iba a arrepentir. De hecho, en esta reunión Mendes le comentó a Gil Marín que hasta donde podía llegar el club colchonero. La respuesta de Gil Marín que esperaba esa pregunta fue “podemos llegar a los 9 millones netos” a lo que Mendes respondió afirmativamente. El acuerdo con el jugador, vía su representante, era total e incluso el propio entrenador atlético, Diego Pablo Simeone, era muy partidario de la llegada del portugués. El Atleti sabía que había que convencer al United pero para eso contaba con la capacidad de persuasión de Jorge Mendes. Con lo que no contaba es con la oposición de un sector, muy ruidosa, de la afición del Atlético, y todo se fue al traste.