Quique Setién ya lleva unos meses como técnico del Barcelona y no deja de salir de su asombro. El cántabro comienza a entender a su predecesor, Valverde.

El técnico no da crédito. Todo lo que le habían contado es mucho menos de lo que imaginaba y de la realidad. Los jugadores son los que mandan y, más concretamente, los que deciden son el núcleo duro formado por Messi, Suárez, Piqué y Jordi Alba.

No han abandonado la costumbre de marcar el territorio que implantaron con Luis Enrique cuando aparecían por el campo de entrenamiento con retraso y entre sonrisas.

Ellos decidían cuando empezaba y cuando acababa el entreno. Setién fue recibido con frialdad, con los jugadores marcando distancias, estableciendo líneas rojas y los conflictos se han sucedido, sobre todo cuando Setién arbitra los partidillos de entrenamiento.

Setién tiene un problema, más grave aún que Valverde. El Txingurri accedió a los deseos de la plantilla, Setién ya lo veremos…