El entrenador del conjunto canario ya advertía durante el confinamiento que era un gran fichaje, y que no entendía que otros equipos, y no solo el Barça, se hubieran interesado en él. El caso es que el chico llegó este verano a Barcelona y le ha costado poco ir adelantando a otros jugadores más veteranos hasta convertirse en poco tiempo en uno de los socios de Messi en el campo de juego.

Pedri acude todos los días en taxi al entrenamiento, aún no le ha dado tiempo, por edad, a sacarse el carné de conducir. Vive en Barcelona con un hermano, que es quien le cuida hasta el punto de que cocina para él.

Y nos cuentan desde el club blaugrana que su implicación en el equipo es de tal nivel que le ha pedido a Koeman entrenamientos personalizados por las tardes, aunque tenga que hacerlo de forma individual.

Pedri tiene además la protección de Messi, que ampara al joven jugador canario tal y como hace también con el central Araújo, otro de los jóvenes de la plantilla. Pedri siempre tuvo muy claro que quería jugar en Barcelona y de momento está cumpliendo su sueño, para alegría de su familia que le sigue desde Canarias. Un jugador con una gran proyección con el que habrá que estar muy atentos.