El delantero galés del Real Madrid está completamente fuera de sitio en el vestuario madridista. Se pudo ver claramente de qué manera celebró la Liga el pasado 16 de Julio en el campo de Valdebebas Alfredo Di Stefano.

Mientras todos sus compañeros se dieron un gran abrazo con Zinedine Zidane, él, una vez más, fue la nota discordante. Fue el técnico el que tuvo que ir hasta Bale y abrazarle. El galés le correspondió con un errático abrazo, prácticamente sin dirigirle la mirada.

Tras eso, el delantero dejó clara su actitud con su comunicación no verbal y su postura corporal. Estuvo gran parte del tiempo cruzado de brazos casi sin hablar con el resto de sus compañeros.

Pero la mayor muestra de que cada día sobra más se pudo ver cuando toda la plantilla menos Bale manteó a Zidane. El galés no hizo ni el amago de meterse en el corrillo para hacer el clásico homenaje al entrenador.

Por si todo esto fuera poco, Bale fue el primero de toda la plantilla en marcharse al vestuario. Bale, en estado puro. Ni una buena acción, ni una mala palabra…