Tras el partido en el Bernabéu entre el Madrid y el Leipzig, Marcos Rose, técnico del equipo alemán que puso en un brete al Madrid, se acercó al futbolista inglés para darle un abrazo y pedirle un favor.

Le pidió a Bellingham una camiseta para su hija y éste sin dudarlo se la dio. Rose fue entrenador de Bellingham hace unas temporadas en el Dortmund, el equipo alemán que encumbró al talento británico.

Bellingham arrasa allá por donde va. Es una estrella sin ego con gestos ejemplares. Quienes le tratan aseguran que se mete en el bolsillo a todo el mundo, tiene una personalidad de líder como pocos.