Es joven, multimillonario y uno de los mejores del mundo pero aún tiene mucho por aprender dentro y fuera del campo. Kylian se ha venido arriba en los últimos meses y hay quien se atreve a decir que ya tiene aires de divo y de superioridad.
Ser Mbappè no debe ser fácil. Está sometido al halago constante y para colmo le han dado mando en plaza en el PSG. Digerir su situación es complicada pero si quieres pasar a la historia como uno de los mejores debe mejorar su relación con los demás.
Ya ha habido más de un compañero con el que ha tenido bronca por culpa de su ego. Sonada fue su discusión con Neymar con el que no se habla, su relación con Messi tampoco es la ideal y en el vestuario comienzan a hartarse de sus tonterías.
Mbappè ya no es el que era: un chaval humilde. En los entrenamientos se le pueden observar gestos y detalles despectivos hacia compañeros, reproches ante fallos de compañeros y algún que otro roce como sucedió con Vitinha.
Mbappè ya no engaña a nadie, es un grandísimo jugador pero su personalidad ha cambiado. El francés está “enseñando la patita” y los roces con sus compañeros cada vez son más frecuentes. Tiene que controlar su ego…