El prestigioso diario L'Equipe ya dejó caer el pasado mes de diciembre las múltiples tensiones que hay en el vestuario del equipo parisino. Vino a decir que lo que se cuece en el vestuario es una “bomba de relojería” debido a los diferentes clanes, los privilegios de más de uno y las habituales fiestas y salidas de tono. 

En el PSG están teniendo que hacer frente a muchas tensiones internas y disputas mientras su entrenador poco o nada puede hacer. La figura de Mauricio Pochettino se ha visto reducida a gestionar simplemente las indicaciones que vienen de Leonardo y la parte noble del club. 

Entre las historias más polémicas de las estrellas destaca la ausencia de Messi al entrenamiento al día siguiente de celebrar su balón de oro o las no presencias de Neymar en eventos del club donde la asistencia es obligatoria. Icardi y sus problemas matrimoniales con la polémica Wanda Nara tampoco pasan desapercibidos al igual que las lesiones interminables de Sergio Ramos. 

Nadie se atreve a poner límites en la plantilla. Este PSG se asemeja mucho a aquel Barça de Ronaldinho y Deco… Nada sale bien en ese equipo.

Todo esto sucede mientras aumentan los rumores de la llegada de Zidane al PSG para intentar evitar la salida de Mbappé en los próximos meses. Pochettino, un entrenador educado y correcto donde los haya, prefiere no hablar.