Su salida del club se le atribuirá a Ronald Koeman, pero el uruguayo ya estaba sentenciado por Bartomeu desde que decidiese – de manera unilateral – operarse al acabar la liga 18/19 dejando al equipo sin su goleador para la final de la Copa del Rey con la única idea de jugar la Copa América con Uruguay. Esa decisión, más la ira de la derrota en aquella final, provocó una ruptura total entre las partes y que el presidente y su Junta sólo se viesen coartados por la amistad con Messi para despedir al futbolista.

Ruptura y despido por teléfono, en conversación con Ronald Koeman que más tarde derivó en la comunicación entre el agente de Luis Suárez y el club para negociar la salida y el pago del año de contrato más otro opcional si disputaba más del 60 % de los minutos que le quedaban al uruguayo. No fue una sorpresa para el futbolista ya que días antes no había recibido la notificación para incorporarse a la pretemporada ni tampoco la obligatoria citación para pasar los test de COVID.

Las mujeres y los hijos son íntimos. Luis y Leo, inseparables. Más allá del vestuario comparten negocios – que no ha ido demasiado bien, por cierto – y sus mujeres tienen tanta cercanía o más que ellos mismos. El despido de Luis Suárez fue el detonante final, la bomba ha estallado hasta el punto de que ya no hay vuelta atrás y el equipo que quiera a Leo tendrá que hacerle un hueco a Suárez. Dos, mejor que uno.