Así lo dijo claramente tras eliminar el City en Champions: “los futbolistas son mis amigos”. Ese es el mérito de Carletto, ha manejado como nadie un vestuario que podría haber sido un infierno pero su forma de trabajar y permitir ha encontrado el punto de equilibrio.

Ancelotti es una persona permisiva, se enfada poco y tiene las líneas marcadas. Ha dado su espacio a todos convirtiendo a Benzema y Modric en los líderes del vestuario. Además, ha sabido empoderar a otros como Vinicius, Kamavinga, Militao y hasta a Dani Ceballos, futbolista con el que va a contar cada vez más.

Quizás su única piedra en el camino es Bale, al que ya le dio por imposible nada más llegar.